Egipto, ¿cayó realmente el Muro?

15/Feb/2011

Lic. Rafael Winter (Rufo) para el portal web del CCIU

Egipto, ¿cayó realmente el Muro?

Esperanzas y temores por un futuro incierto
Por Lic. Rafael Winter (Rufo) para el portal www.cciu.org.uy
15-2-2011
Antes que nada, demás estar decir que queremos lo mejor para el pueblo egipcio. Libertad. Justicia social. Bienestar. Prosperidad. Democracia. Lo mejor. Pero, ¿qué es realmente lo que los egipcios quieren?
Luego de treinta años de un gobierno sin duda autoritario, cayó Hosni Mubarak. El llamado “efecto dominó”, que comenzó en Tunez, explotó en Egipto, un Egipto que hizo historia y en el cual seguramente ya nada será igual.
Vox populi, vox Dei. Si el pueblo lo quiso, está bien.
Obviamente que uno se hace preguntas como ser: si Mubarak siempre fue autoritario, ¿por qué tardaron treinta años en rebelarse contra él? ¿Habría habido revuelta sin el precedente de Túnez?
También me pregunto, especialmente cuando leo artículos y titulares de la prensa internacional que lo definen como dictador (durante décadas casi nunca se lo definió así); si Mubarak era efectivamente un dictador, ¿por qué el mundo toma conocimiento recién ahora?
Más allá de su autoritarismo, el régimen permitió, con represión al principio es cierto, 18 días de manifestaciones. No me imagino 18 días de manifestaciones en Siria o en Irán por ejemplo. Y al decir esto no me congratulo con el régimen de Mubarak, que quede claro.
Me sigo cuestionando ¿recién ahora, luego de treinta años, el mundo toma conocimiento de la corrupción y de la voluminosa cuenta bancaria que el ex –presidente tendría en el exterior?
Sin embargo para mí la pregunta crucial es ¿Qué quieren realmente los egipcios? Y, relacionado con esta interrogante, ¿Qué pasará “el día después”?.
Ha comenzado un período de 6 meses de transición – que esperamos sea prolija – la cual ha quedado a cargo de los militares. Se ha disuelto el parlamento y suspendido la Constitución. Se convocará a nuevas elecciones para el mes de setiembre, las cuales deberían conducir a una ¿democracia? Ojalá. Pero me pregunto: por más que en el mundo árabe, Egipto era más “democracia” (aunque muy sui-generis) que otros regímenes ¿es la democracia moneda corriente en el mundo árabe? Dicho con todo respeto y consideración, ¿han sido educados en el valor de la democracia? ¿Creen en ella (ya sea en el sentido occidental o en el que fuera)? ¿Está en su orden de prioridades? ¿Es lo que quieren? ¿Ha sido la búsqueda de democracia plena una de las razones que impulsaron los 18 días de rebelión?
A veces no todo es blanco ni todo es negro. Hay matices. En lo que tiene que ver con Israel y el Proceso de Paz no descubrimos nada si expresamos que, aún pregonando una paz “fría” (mejor una paz fría que una guerra caliente), Mubarak ha sido un factor de estabilidad en la región. Mediando en varias ocasiones. Entre israelíes y palestinos. Entre palestinos mismos. Tareas por cierto nada sencillas.
Posibilitó treinta años de una frontera generalmente tranquila y abierta con Israel (salvo incidentes aislados) continuando, más allá de retórica dichos y declaraciones, con lo que del lado egipcio había comenzado el presidente Sadat en su momento. Por si ésto fuera poco, Mubarak mantuvo bastante controlados a los fundamentalistas islámicos de su país.
Por todo esto, es comprensible la incertidumbre y ansiedad de muchos países y obviamente de Israel, en cuanto a lo que ocurrirá “el día después”. Por lo antedicho, gobernantes como por ejemplo la canciller de Alemania Ángela Merkel, al mismo tiempo que se congratuló “por el histórico cambio” instó “al futuro gobierno egipcio a respetar la seguridad de Israel y el Tratado de Paz”  (concluido entre Egipto e Israel en 1979).
Por otra parte, cuando por la televisión observábamos en las manifestaciones algunas pancartas identificando a Mubarak con Israel; cuando Hamas y Hizbollah felicitan a los egipcios (y no precisamente pensando en la democracia que pudiera venir); cuando “coherente” con dicha postura el presidente de Irán afirma (publicado en El País de Uruguay: sábado 12 de febrero, página A4 Internacional) que la insurrección popular egipcia anuncia el surgimiento de un nuevo Medio Oriente islámico en el cual no habrá señales de Israel ni de la “ingerencia” de los EEUU y tras su discurso, para rematar, alza un cartel con la leyenda “muera Israel”: ¿Todo esto: no es realmente motivo de preocupación e inquietud?
Los temores y dudas que manifiesta Israel son, pues, más que comprensibles. Con todo este entorno regional, la rebelión – por más razones justificadas que pudiera tener y las tiene- no se sabe a mediano o largo plazo para que lado pueda “disparar”.
A veces, esperemos que este no sea el caso, el remedio puede ser peor que la enfermedad y la democracia que se pretende puede ser, a la larga mal utilizada, para catapultar al poder a movimientos y partidos no democráticos y/o fundamentalistas. En ese caso la democracia se anula a si misma. Ejemplos conocidos abundan en la historia.
El pueblo egipcio a quien, reiteramos, deseamos lo mejor, ha vivido, está viviendo días históricos que habrán de permanecer en su memoria colectiva. Los acontecimientos de Egipto han marcado un hito: para el país, la región y seguramente también para el mundo. Probablemente nada volverá a ser como antes. Que sus mejores anhelos, en la medida en que realmente beneficien a su pueblo y no perjudiquen a otros, se cumplan.
Para algunos medios de prensa internacionales, el “Muro”, parangonando con lo que ocurrió en Berlín en 1989, se está derrumbando. En mi opinión aún es prematuro y aventurado sacar conclusiones definitivas. Para la caída del “Muro” en el mundo árabe en general y Egipto en particular aún falta mucho. Pero ojalá que se hayan dado los primeros pasos.
Por mi parte sigo teniendo al mismo tiempo temores y esperanzas. Esperemos que los temores sean infundados y las esperanzas se hagan realidad.